Los suelos laminados de madera suponen una alternativa más barata que el parquet, y además nos permiten adaptar los suelos de nuestra vivienda a diferentes estilos y colores.
La instalación de suelos laminados de madera permite adaptar las láminas a cualquier superficie, pero es importante confiar en empresas especializadas, que nos puedan garantizar el mejor resultado para nuestros suelos.
Qué es el suelo laminado de madera
Los suelos de madera laminados son materiales formados a partir de varias capas o láminas, rematadas en la parte superior con una capa transparente, que reduce el desgaste de los suelos.
Previa a la capa protectora transparente, se integra una segunda capa con relieve con un aspecto similar al de la madera, sobre un panel de fibras que es lo que aporta la dureza de la lámina. En última instancia, la base incorpora una capa de refuerzo resistente a la humedad, que además permite equilibrar la lama una vez queda instalada.
Las ventajas de los suelos laminados de madera
Cada vez son más las personas que optan por el suelo laminado de madera para sus viviendas. Las principales ventajas que aporta este material son las siguientes.
- Este suelo no necesita ser lijado ni barnizado, al contrario que el parquet, por tanto su mantenimiento es mucho más sencillo.
- El suelo laminado es mucho más resistente que el suelo de madera. El contacto genera un desgaste menor y se mantiene en óptimas condiciones durante más tiempo.
- El suelo de láminas es más fácil de limpiar y evita que se incrusten manchas y humedad.
- Los suelos laminados de madera son mucho más económicos que los suelos de parquet.
- Los métodos de instalación actuales permiten ubicar muchos metros cuadrados en poco tiempo, protegiendo la estructura de la lámina.
- Las láminas se pueden instalar sobre todo tipo de suelos, sin tener que llevar a cabo una reforma previa para su preparación.
Tipos de suelo laminado de madera
En la actualidad existen todo tipo de suelos laminados con cualidades muy diferentes. En este caso vamos a centrarnos en los tipos de suelo laminado de madera en función de su uso, su acabado y su fabricación.
Tipos de láminas de madera en función del uso
La norma UNE-EN 13329 establece diferentes tipos de suelo en base al uso. Para los suelos destinados a un uso habitual, tanto residencial como en espacios de trabajo, existen 6 categorías diferentes:
- Uso doméstico moderado
- Uso doméstico general
- Uso doméstico intenso
- Uso comercial moderado
- Uso comercial general
- Uso comercial intenso
El fabricante debe incluir información acerca del uso para el que está destinada la lámina, mediante los símbolos establecidos por la norma.
La diferencia entre estos tipos se determina en las capas exteriores, que son las que van a ser capaces de reducir el desgaste en el caso de los espacios de uso intenso.
Tipos de láminas de madera en función de la fabricación
Los procesos de fabricación actuales incluyen tanto láminas de presión directa,como láminas de alta presión.
La lámina de presión directa es la más habitual, en este caso las capas se prensan con calor en un solo paso, integrando 4 capas diferentes: una superior de resina, la lámina decorativa, el machihembrado y la capa inferior estabilizadora.
Los suelos de alta presión ofrecen mejores prestaciones y mayor resistencia ante el contacto continuo. Además de las capas que incorporan las placas de presión directa, estas también disponen de un tratamiento antirayado, dos capas de resina y papel abrasivo, para reducir las marcas por impacto.
Tipos de lámina en función del acabado
La parte visible de la lámina es una impresión que imita a la madera, y que además ofrece un tacto similar, por tanto, los acabados son muy variados.
Existen láminas de roble, de haya, de pino, de nogal, de cerezo, etc. En la actualidad existen todo tipo de acabados que se adaptan a cualquier gama cromática.
Mantenimiento de un suelo laminado de madera
Cuando hemos analizado las cualidades de los suelos laminados, hemos apuntado que su mantenimiento era más sencillo que el de los suelos de parquet. En cualquier caso, es recomendable colocar protectores en elementos con patas o apoyos de metal, y secar la superficie cuando existe una mancha líquida.
En cuanto a su limpieza, una mopa de microfibra es suficiente para que la superficie recupere su brillo y su color natural, sin dañar las capas exteriores. También podemos pasar una mopa ligeramente humedecida, para a continuación secar la lámina con un trapo seco.
Es muy importante evitar el uso de ceras, aceites y productos de limpieza de suelos en general. El problema con este tipo de producto es que forma una película que atrae la suciedad.
Para evitar el desgaste prematuro de estos suelos es recomendable optar por acabados antihumedad y resistentes al contacto con la luz.
Instalación de un suelo laminado de madera
La mayoría de las láminas de madera incorporan laterales machihembrados o de clic, que permiten unir unas láminas a otras fácilmente, cubriendo amplias superficies en pocos minutos.
La clave de este tipo de instalación es que la propia lámina dispone de un ángulo que encaja en una lámina anexa, sin necesidad de materiales ni herramientas.
Es recomendable retirar los rodapiés antes de comenzar la instalación, y reparar los desniveles que presente el piso actual. Si después de esta preparación colocas un material aislante, estarás alargando la vida de la madera y creando un espacio que evita la humedad y la pérdida de la temperatura interior.
El último paso se basa en la instalación de las láminas, empezando por uno de los extremos de la habitación. Habitualmente es necesario marcar y cortar varias piezas, para que se ajusten a las medidas exactas de la superficie.
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